La albahaca es una parte importante de una dieta saludable. Además, es fácil de cultivar y puede utilizarse en muchos platos diferentes, desde salsas para pasta hasta pesto. Las plantas de albahaca necesitan ser fertilizadas como cualquier otra planta, pero puede ser difícil saber qué fertilizante funciona mejor para las plantas de albahaca. Esta entrada del blog explorará las formas en que puedes elegir el fertilizante adecuado para tus plantas de albahaca y mantenerlas saludables.
Consejos para cultivar albahaca en interiores
Algunas personas cultivan albahaca en el interior. Esto puede ser difícil porque son de climas cálidos y necesitan recibir al menos seis horas de luz solar al día para prosperar. Si tienes una ventana soleada en la que la planta recibe sólo seis horas de luz, probablemente le irá bien en el interior. Considera la posibilidad de cultivar tus plantas de albahaca en un alféizar orientado al este si no hay suficiente sol natural para ellas en el exterior.
Consejos para cultivar albahaca en el exterior
Cuando plantes albahaca en un jardín o parterre exterior, asegúrate de elegir una zona con suelo que drene bien y que esté expuesta a pleno sol durante todo el día.
Si hay demasiadas plantas competidoras (que no hayan crecido a partir de semillas), recorta algunas de ellas antes de plantar para que no compitan con tu nueva hierba. Cuando coloques los plantones en macetas más grandes, utiliza una mezcla de alta calidad para macetas en lugar de tierra vegetal normal, ya que así evitarás que se pudran las raíces.
Con el cuidado y la atención adecuados, la albahaca se convertirá en una planta alta y atractiva que podrá cosecharse durante muchos meses con un sabor fresco.
Cuándo abonar
La fertilización de las plantas de albahaca es importante. Debes abonar tu planta al menos una vez al mes durante la temporada de crecimiento, pero puedes hacerlo más a menudo si es necesario y según las instrucciones del fertilizante.
Cómo abonar
Para abonar su planta de albahaca, riéguela a fondo y luego mezcle la cantidad adecuada de fertilizante en un cubo o una regadera. Vierta esta mezcla alrededor de las raíces de cada planta, teniendo cuidado de no verter nada encima de las hojas que puedan estar en contacto con la humedad de la lluvia o el riego. También hay que evitar mojar ambos lados de las hojas al regar, ya que aquí no se necesitan nutrientes adicionales.
Si cultivas tus plantas de albahaca en el interior, asegúrate de que reciben suficiente luz. La albahaca no crece bien cuando la sombra excesiva impide que sus flores se abran por completo.
Tipos de abono: orgánico, inorgánico, líquido, granulado
Los fertilizantes líquidos son fáciles de usar, pero pueden ser caros, y la más ligera espolvoreada de fertilizante granular servirá igualmente.
Abono orgánico: Los abonos orgánicos, como el compost o el estiércol, tienen ingredientes naturales que proporcionan nutrición a las plantas sin añadir ningún producto químico. También se descomponen con el tiempo en nutrientes que son absorbidos por el suelo circundante, lo que ayuda a prevenir la erosión y proporciona un entorno seguro para las lombrices de tierra y otros organismos beneficiosos que ayudan a mantener su jardín saludable. Así que, básicamente, es algo bueno sin efectos secundarios negativos. ¡Suena muy bien!
Fertilizante inorgánico: Los fertilizantes inorgánicos provienen de sustancias hechas por el hombre, como materiales sintéticos y compuestos químicos. Proporcionan una dosis concentrada de nutrientes y son más potentes que los fertilizantes orgánicos. Los fertilizantes inorgánicos son especialmente adecuados para su uso en plantas con grandes necesidades de alimentación, como los tomates, los pimientos y las berenjenas.
Es importante conocer el tipo de suelo que tienes antes de tomar la decisión sobre el abono que más te conviene.
Un consejo adicional: si los lechos de tu jardín no drenan correctamente, busca un producto de liberación lenta o controlada para que no haya escorrentías en los cursos de agua cercanos cuando llueva.
Consejos para sacar el máximo partido a la fertilización de tus plantas de albahaca
- Utilice un abono inicial o un compost con las plantas nuevas.
- Para la albahaca madura, abónela cada dos o cuatro semanas en las estaciones de primavera y verano con un producto líquido orgánico como la emulsión de pescado.
- En los meses más fríos, cambia a productos secos como pellets de liberación lenta, granulados o minerales. Éstos proporcionarán nutrientes durante varios meses sin dejar residuos en las hojas que podrían ennegrecerse cuando se mojen por la lluvia o el rocío.
- Mezcla tu rutina de fertilización alternando entre diferentes tipos de productos, incluyendo líquidos de acción rápida (como «Miracle-Gro»), que están pensados para brotes rápidos de crecimiento; fuentes de alimentos peletizados de liberación prolongada; y gránulos que alimentan continuamente durante largos períodos de tiempo.