Abonar los nabos puede ser una tarea confusa. ¿Cuándo debe abonar su nabo? ¿Qué tipo de abono debe utilizar? Este artículo responderá a todas estas preguntas y otras más para facilitarte el abonado de los nabos. Repasaremos cuándo hay que abonar, los mejores tipos de abono y cómo elegir cuál es el adecuado para tus necesidades.
¿Qué es el nabo y qué necesita para crecer mejor?
El nabo es una hortaliza de raíz que se puede encontrar en muchos colores diferentes. Es de la misma familia que el rábano y la col, lo que significa que tiene requisitos de cultivo similares a los de estas hortalizas.
Deberá plantarse en una zona bien drenada y rica en nitrógeno. Éste puede provenir de su abono, estiércol o cualquier otra fuente de alimento vegetal de alta calidad. El suelo también debe tener un nivel de pH ácido entre seis y siete. Si el terreno donde vas a plantar no cumple estos requisitos, puedes enmendar la tierra antes de añadir las semillas de nabo.
Tipos de abono para el nabo
Hay muchos tipos de fertilizantes entre los que puede elegir para satisfacer sus necesidades específicas. Entender las diferentes opciones puede ayudarte a decidir cuál es el más adecuado para ti.
La proporción NPK (nitrógeno, fósforo y potasio) para el nabo es la siguiente:
- Nitrógeno (N) – fomenta el crecimiento del follaje, ayuda a las plantas a resistir enfermedades y plagas
- Fósforo (P) – esencial para el desarrollo temprano de las raíces y la floración, ayuda a las plantas a soportar las condiciones climáticas frías
- Potasio (K): fortalece los tallos de las plantas y regula la absorción de agua.
Los fertilizantes orgánicos contienen materiales naturales como estiércol animal, compost o algas. Liberan los nutrientes lentamente a lo largo del tiempo, lo que es bueno para el medio ambiente. Los fertilizantes inorgánicos están hechos de materiales sintéticos, como el nitrato de amonio o el cloruro de potasio. Proporcionan una ráfaga rápida de nutrientes que puede ser perjudicial para el medio ambiente si no se utilizan correctamente.
A la hora de elegir un abono, también hay que tener en cuenta su solubilidad en el agua.
Cuándo y cómo abonar el nabo
La fertilización del nabo debe comenzar a principios de la temporada y continuar durante todo su ciclo de crecimiento. El momento más importante para alimentarlo es cuando la planta está floreciendo y produciendo verduras. Puede utilizar un abono orgánico líquido o granulado, según lo que tenga a su disposición. Asegúrate de seguir las instrucciones del envase para conocer las dosis.
La materia orgánica en el suelo es beneficiosa para el cultivo de nabos. Puedes añadir compost, estiércol o NPK para aumentar la fertilidad. Incorpórelos en los primeros centímetros del suelo antes de plantar.
Cuando elijas un fertilizante para tus nabos, busca uno que incluya nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K) y magnesio (Mg). Estos son los principales nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas.
Hay varias formas de abonar los nabos, por lo que es importante elegir la que mejor se adapte a tus necesidades. El abono orgánico líquido es una buena opción para los jardineros que quieren un producto todo en uno. El abono orgánico granulado es perfecto para los que quieren tener más control sobre los nutrientes que reciben sus plantas. Y, por último, el té de compost es estupendo para fomentar la actividad microbiana en el suelo.
¿Cuáles son los riesgos de no abonar las plantas de nabo?
Si no abonas tus plantas de nabo, es posible que no alcancen todo su potencial en términos de tamaño y rendimiento. Además, el sabor y el valor nutricional de las hortalizas pueden disminuir. Abonar es un paso importante para cultivar nabos sanos.