La lavanda es una flor hermosa y aromática que puede utilizarse de muchas maneras. También es una planta estupenda para cultivar en el jardín, ¡y es fácil de cuidar! Uno de los aspectos más importantes del cultivo de la lavanda es su correcta fertilización. En esta entrada del blog, hablaremos de todo lo que necesitas saber sobre el abono de las plantas de lavanda. Hablaremos de cuándo y cómo fertilizar, la mejor guía de alimentación, qué proporción de NPK elegir, ¡y mucho más!
¿Qué es la lavanda y qué necesita para crecer mejor?
La lavanda es un arbusto aromático de hoja perenne que suele crecer entre uno y dos pies de altura. Las hojas son de color verde grisáceo, estrechas y con forma de lanza. Las flores de lavanda nacen en espirales en los tallos. Pueden ser de color púrpura, azul o blanco, según la variedad.
Las plantas de lavanda necesitan mucha luz solar para desarrollarse y no deben cultivarse en zonas de sombra. Enmiende la tierra con compost antes de plantar la lavanda para asegurar un buen drenaje y fertilidad. Abone la lavanda cada cuatro o seis semanas durante la temporada de crecimiento con un fertilizante equilibrado como el 20-20-20. Riegue con regularidad, asegurándose de que la tierra permanece húmeda pero no mojada.
¿Cuáles son las ventajas de abonar la lavanda?
Abonar la lavanda puede ayudar a mejorar la salud y el aspecto de sus plantas. Una fertilización adecuada proporcionará a sus plantas los nutrientes esenciales, que pueden ayudarlas a crecer más grandes y fuertes. Además, las plantas de lavanda fertilizadas serán más resistentes a las plagas y enfermedades. La fertilización también ayuda a promover la floración, produciendo flores más completas y fragantes.
¿Qué proporción de NPK elegir para la lavanda?
La proporción de NPK que elija para su lavanda dependerá de lo que espere conseguir con sus plantas. Si lo que busca es fomentar la floración, lo ideal es un mayor contenido de nitrógeno. Un abono equilibrado para la lavanda con una proporción de alrededor de 12-12-12 debería funcionar bien. Si le interesa sobre todo el follaje, entonces un contenido de nitrógeno más bajo (alrededor del seis por ciento) será más adecuado. Este tipo de abono también tendrá un mayor contenido de potasio y fósforo.
¿Cuándo se debe abonar la lavanda?
El mejor momento para abonar la lavanda es a principios de la primavera, antes de que comience el nuevo crecimiento. También puede abonar sus plantas durante los meses de verano, pero sólo si están creciendo activamente. Evite abonar en otoño o invierno, ya que esto puede promover un nuevo crecimiento que no tenga tiempo de madurar antes de que llegue el frío.
¿Cómo abonar la lavanda?
Hay varias maneras de abonar la lavanda, y la mejor forma dependerá de su situación específica. La forma más común de abonar la lavanda es con un abono granulado que se extiende por el suelo alrededor de las plantas. Este tipo de abono debe aplicarse a principios de la primavera, antes de que comience el nuevo crecimiento, y después a finales del verano, una vez finalizada la floración.
Otra opción para fertilizar la lavanda es la alimentación foliar. Se trata de pulverizar un fertilizante líquido diluido directamente sobre las hojas de la planta. La alimentación foliar debe realizarse una vez al mes durante los periodos de crecimiento activo (principios de primavera y finales de verano).